domingo, 1 de mayo de 2016

Solo entonces

La vez que, de repente, todo
cambia. Nada sigue igual.
Cada diminuta cosa es rara,
debes aprender a moverte
en esta nueva dimensión.
Hay un lenguaje distinto,
otras esquinas, dolores diferentes.
Parpadeas mariposas,
tejes campos, vuelas pero
nada es cercano.
El punto de partida es,
cada vez más, final.
Pierdes los pies,
aunque no habría donde posarlos.
Un rayo de luz te parte en dos
y, entonces, 
te reconoces.

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