Fotografía de LAELIA MILLERI  ( www.laeliamilleri.com )



Eres mi espejo, trozo de cristal limpio, 
Amigo.
La pieza de puzzle roto hace tiempo.
El corcho cálido del roble.
Eres sangre hirviendo, canto de la abeja, 
Sol en mis hombros.
Campo labrado eres, hoja seca de otoño,
Ceniza desgastada de fumar.
Gato negro calentándome el alma, pez sin cola,
Espantapájaros que ahuyenta mis males.
Pues en tus manos leo líneas llenas de vida,
Cruzo destinos, callo amores.
En tus pies busco mi camino, te dejo mis zapatos,
Elijo el poroso asfalto de tus pasos.
Y es en tu frente, donde a veces me veo,
Arrugada de tanto querer.

Con dedicatoria-

Mi jardín, amapolas inquietas.
Aleteo nocturno de mi alma.
Las palabras, luciérnagas impacientes.
Atraviésame cual hielo, hazme montaña.
Donde se parten despedidas, donde partimos,
En aquel lugar entre teclas, entre cuerdas.
Quiero ser tu último cuadro, créeme,
Créame.
Desconecto este botón molesto
Dentro de mi estómago.

Espacio los pasos a silencios
Gateo en mi elocuencia
Tú
Mis doce razones para ser
Asfaltas tu frente decidido
Entre versos y burbujas
La noche sale de nosotros
Cada duende tiene su armario
Cada risa en un puño
Cada pelo entre los dientes
Y las escaleras descansan
Los ascensores ya no se quejan
Gotean sabores en este desliz

Aún queda espacio secreto
Debajo de nuestras lenguas

Desato mis mariposas azules

No hay daño posible

A través de ese oído tronco

Escalan las certezas

Cada hoja convertida en palabra

Cada gusano quiere ser seda

El musgo en mis labios respira

Cuando me habré ido del todo

Aún quedaré un poco

Te servirás en tu cuenco dorado

Mis tres lágrimas

Mis seis letras

Sentimientos licuados

Amor colado