domingo, 4 de septiembre de 2016

Ella lo sabe 
La madrugada tiene sueño
Aunque huele a café
Lo sabe y pinta pájaros
En su muñeca izquierda
Borra jaulas de los rincones
Abre puertas para la luz
Descubre jarrones vacíos
Siembra sed en él
Y lo sabe
No podrá caminar en esta dirección
Los desiertos prefieren arena
En movimiento nos traspasamos
Con el cristal entre los dientes
No hay heridas abiertas
Nuestro libro cerrado
Mientras la noche ya baila
Besando en espirales
Los paraguas de los árboles
Caen suavemente en la nada
El silencio roza la frente
Con una ola cálida de sentencia
Somos sombra
Somos aire
Morimos montaña
Septiembre llega quemando
El último hilo de razón
Las calles-espejos
Donde patina lo que no se derrite
Aún me miras
Puedo ver el ladeo de tu cabeza
Un giro como de reojo
O despedida