sábado, 23 de noviembre de 2013

Ellos-
Cualquier aire es elegido
Vientos que mecen mis dedos
Montañosa soledad
Entre romero nos perdimos
Buscando palabras
Mi pelo no crece más
Desde que te cortaste
Abrígame los pies
Descálzame los hombros
Divídeme en partículas de plata
Hagamos fuego y danza
Que el grito sea pájaro negro
En su último vuelo
Tampoco lo verán en transcripciones

viernes, 22 de noviembre de 2013

Grillos en mi almohada
Imanes de caricias
Cualquiera podría decir
Felicidad
VIERNES-

Cómo calmar este corazón
Acunar la espera impaciente
Cómo darle caricias a la prisa
Y que pierda todo su valor
Ser árbol otra vez 
Enraizar el silencio a la roca
Abanicar lentamente el ala del presente
Cómo

Apréciame despacio
Susúrrame pausadamente
Acaricia la demora con tu nariz

miércoles, 20 de noviembre de 2013


Porque la calle está mojada
Mi reflejo en el espejo del asfalto
Grita
Escondida en mi capullo tierno
Balanceo serena 
Me vestí de tantas penas
Que ahora ya me sobran
Desde el mundo perfecto
Intento encontrar mi centro
Los que dicen que me sobra carne
Nunca habrán pasado hambre
De esa que a las dos de la mañana
Aúlla por una mano cálida
Un roce de mejilla o cosquillas
Desde las mariposas de mis párpados
Capto esa luz y me estiro al sol
Cual gato negro
Me esquiva la gente
Gateo-

La noche eterna
Mi privilegio sobre tu presencia
Encaminados danzamos hacia lo seguro
Entre cascabeles de lo femenino
Rebuscamos la forma perfecta
La ternura de mis pechos
En el jardín de tu cabeza
Pájaros resuenan 
En este instante perpetuo
Como el lienzo de tu mirada
Como la cosquilla de mi lágrima
Somos
Y todo lo de más inmóvil
Permanece por si acaso
Detrás del cristal de la lluvia

lunes, 18 de noviembre de 2013

Levanto el ala de mi párpado
Despacio
No sea que el amor se cuele


Cuento infantil-

De pequeña siempre andaba sacando fotos de huellas de pies.
Descalzas, con tacones, deportivas, de zapato...
Así llegué a tener fotos de huellas en la arena, en la playa, en la hierba, en el polvo del patio del colegio...
Apreciaba los pies, por supuesto, pero lo que me dejaba encantada eran sus huellas.
Al igual que ahora, me enamora no tanto la gente, sino la huella que dejan. 
Entre la hierba, en el polvo, en la arena...en el corazón.
Huellas, marcas, señales, pistas, trazas, memorias, recuerdos...
Por ello es quizás un arte dejar huella sin pisar.
Un molde cálido a la espera del viento.