Justo hasta el inicio de la nieve
Donde marchitaremos
Hasta el año que viene
Inicio de hielo que petrificará
El vapor de las letras
Que salen ahora
Giras la cabeza y sueltas mi mano
Envuelta en lana de colores
Con la barbilla marcas una dirección
Donde poso la canica de mi retina
Amanece y la luz traspasa mis pestañas
Con la lengua sigo el trazo de la sal
En tu cara
Aquí empieza el norte
Justo donde lo perdemos
Escribo desde que me acuerdo. Antes en polaco, cuentos para mi hermana y mis primas, luego poesía. Escribo porque si no, me ahogo. Porque hay tanta belleza en este mundo que a veces duele y, si no lo lanzo, se me come. Escribo por todo el amor dentro y fuera de mí. Y porque agradezco a la vida. Por, de alguna manera, aportar un poco.
miércoles, 22 de noviembre de 2017
Transgeneracional-
Me sumerjo en el agua lagrimal
de cuarenta mujeres antes que yo:
de mi madre, mi abuela y las
que, antes de ellas, se sacaban corazones
para darle vida a los días.
Limpio sus hígados apenados,
sus piedras preciosas
y toda la rabia tragada.
Desenredo las historias,
aún guardadas debajo de las costillas,
como pájaros asustados.
Despacio, con los labios,
busco respuestas oscuras,
siento la sal en sus sienes.
Me tocó cuidar este árbol,
veintiocho lunas después,
aún vivo.
Me sumerjo en el agua lagrimal
de cuarenta mujeres antes que yo:
de mi madre, mi abuela y las
que, antes de ellas, se sacaban corazones
para darle vida a los días.
Limpio sus hígados apenados,
sus piedras preciosas
y toda la rabia tragada.
Desenredo las historias,
aún guardadas debajo de las costillas,
como pájaros asustados.
Despacio, con los labios,
busco respuestas oscuras,
siento la sal en sus sienes.
Me tocó cuidar este árbol,
veintiocho lunas después,
aún vivo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)