Quizás
Desde aquí puedo oír
el suave eco de tu latido.
Aún, detrás del grito
de la ambulancia, hay paz.
La hierba sigue meciendo
mi pelo, si me acerco.
El aire hace felices
a mis pulmones.
Las rocas susurran belleza
al sol.
El río no para, me acoge
comprensivo.
Si aguanto la respiración
un poco más de lo debido,
podré alcanzar tu corazón.
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