Mi piel- pergamino azulado,
servilleta usada,
carta no mandada.
Suave límite del tacto,
gasa transparente,
lienzo para tus besos.
Barrera para el salado
relleno de mis venas.
Piel estirada, cansada,
gruesa, blanda, fina,
roja, aterciopelada,
arrugada, perfumada,
bella, cálida, cercana.
Mapa de mis latidos,
Contenedor del alma.
Escribo desde que me acuerdo. Antes en polaco, cuentos para mi hermana y mis primas, luego poesía. Escribo porque si no, me ahogo. Porque hay tanta belleza en este mundo que a veces duele y, si no lo lanzo, se me come. Escribo por todo el amor dentro y fuera de mí. Y porque agradezco a la vida. Por, de alguna manera, aportar un poco.
sábado, 3 de diciembre de 2016
Te amo.
Pasan los días, abejas atareadas.
El sol gira su cabeza hacia el Norte,
mientras recogemos hojas,
palabras secas de colores.
Nos decimos cosas sin sentido,
perdemos las miradas en el bosque,
donde reinan nuestras sombras.
Huele a lluvia, a frío,
comemos el musgo de tanta hambre
que nos tenemos.
Con vaho, grabo mi amor, en la corteza
de nuestro árbol.
Pasan los días, abejas atareadas.
El sol gira su cabeza hacia el Norte,
mientras recogemos hojas,
palabras secas de colores.
Nos decimos cosas sin sentido,
perdemos las miradas en el bosque,
donde reinan nuestras sombras.
Huele a lluvia, a frío,
comemos el musgo de tanta hambre
que nos tenemos.
Con vaho, grabo mi amor, en la corteza
de nuestro árbol.
Ahora pareces una ciudad lejana,
donde todas las cafeterías están cerradas.
La estación de tu corazón
solamente admite gente de paso.
Me faltó un diccionario para lograr hablarte,
apagaste las farolas de mis palabras.
Ahora eres noche, eres frío, en el asfalto de tu lengua no quedan charcos de ternura.
Tan sólo nieve entre nosotros...
donde todas las cafeterías están cerradas.
La estación de tu corazón
solamente admite gente de paso.
Me faltó un diccionario para lograr hablarte,
apagaste las farolas de mis palabras.
Ahora eres noche, eres frío, en el asfalto de tu lengua no quedan charcos de ternura.
Tan sólo nieve entre nosotros...
viernes, 2 de diciembre de 2016
Porque ha llegado el frío,
y el vaho de tus palabras,
es hielo ahora.
De todas las letras posibles
eliges las más puntiagudas.
Las recibo con el hígado abierto,
una y otra vez, cortantes sonidos.
El corazón en la mano,
la nuca desnuda contra tu mirada congelada.
Desde el carámbano de tu voz
caen cuervos.
No sabes que dentro de mí
hay verano.
y el vaho de tus palabras,
es hielo ahora.
De todas las letras posibles
eliges las más puntiagudas.
Las recibo con el hígado abierto,
una y otra vez, cortantes sonidos.
El corazón en la mano,
la nuca desnuda contra tu mirada congelada.
Desde el carámbano de tu voz
caen cuervos.
No sabes que dentro de mí
hay verano.
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