sábado, 13 de febrero de 2016

Sigues pensando que todo estaba 
Apalabrado, hablado, consentido.
Estás completamente convencido 
Del orden cósmico de las cosas.
Que ella es cierre, es lazo, 
Es flote.
Superficie suave.
Que no escarba, rompiendo 
El terciopelo de su piel,
Donde su segunda capa roza 
El hueco músculo del amor.
Que acepta.
En tu mente la razón ciega el alma.
De repente esta lentitud naranja...
Mi corazón, duende, 
Late exactamente como debe.
Todas las estrellas y caminos lácteos,
Luna creciente y los cinco
Susurran en el rudo marco del vientre
De Casiopea...

Mi lengua consiente.

No se puede escribir lo dicho.
En cuanto sueltas al pájaro azul de la letra,
Zigzaguea aturdido en la jaula,
Llamando tus manos en su ayuda.
Tecla a tecla
Te acercas.

Control a control intento no perderlo.

Quizás

Se fundió la noche.
El breve incendio que formamos,
Al juntar las diez yemas,
Trajo descarga de tal potencia
Que la ciudad se quedó ciega.
Fue un instante, 
Luciérnaga en tus labios 
Trayendo susurro eléctrico.
Y fundimos la noche.

A.


Dentro del vagón de tu mirada
Sobra espacio.
Corre aire sin prisa,
Tan cerca, tan lejos 
De toda mi insinuación.
Envuelto en gasa, tu iris
Se arrepiente de haberse quedado.
Hay mucho más de lo que quieras guardarme:
Compartimentos inhabitables,
Cajones minas,
Lugares jardines de tu retina.
Todo ello sin dirección,
Sin un letrero que diga:
"Entra"...
Febrero llega tarde.
Yo ya voy por mayo.
De todas formas no le quedan días.
Exhausto y solitario,
Intenta jugar a invierno.
Los pájaros ya se fueron,
No queda canto afuera.
La alfombra oscura que pisa
Dentro de poco será nada.
Hoja por hoja,
Decae febrero,
Rodeado de los muñones de los árboles.

Tu llegada no se produjo
Porque nunca te fuiste
Para volver de manera
Imposible
Estabas 
Escondido en mi pelo
Envuelto en mis preguntas
Te hacía gracia mi joven corazón
Carcomido por la mente
Eras niebla en mi sangre
Eco en mi pecho
Brotabas con cada corte
Eras cuchillo en mi aorta
Verdad en mi duda

Tu llegada no se produjo
Después de tanto esperar
Sigues aquí


Estás y la lluvia no calla
Detrás de la ventana hay mar
Yo navegando sin velas
Tú retorciendo las cuerdas
Para gritar
Toda tu cara es fuego
Toda mi piel es madera
La noche es barco que naufragará
En cuanto deje de llover
Chispa pequeña
Sobra del universo
Destello de la posibilidad
Concédeme luz